"La forma del agua" la favorita de los Oscar en Cine Opera

Cine 21 de febrero de 2018 Por Prensa
El regreso de Guillermo del Toro presentan el cuento de la mujer y el monstruo ha atrapado a público, crítica y académicos. facebook/ Cine Opera Salta.
la forma del agua
la forma del agua

En su última película, La forma del agua, nominada a 13 categorías en los Premios Oscar, incluyendo mejor director, mejor película, y mejor actriz, Guillermo del Toro apuesta al imaginario del Hollywood clásico para contar una historia de amor entre una criatura anfibia -un monstruo que no es tal, como muchos de los que pueblan su cine -y una mujer muda.

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El resultado es una película sensible y emotiva, pero a la vez cargada de erotismo, violencia y crueldad, de texturas múltiples que se superponen para crear un mundo extraordinario, cargado no sólo de la magia de un ser fantástico sino de la propia magia del cine.

En La forma del agua se entrecruzan dos historias de amor: una, la que ocurre entre dos amantes imposibles, y otra entre Guillermo del Toro y el cine, particularmente el cine de horror clásico de Universal de los '50s pero también el musical, la televisión de los años '60, las épicas bíblicas y el melodrama.

La película cuenta como una mujer muda, Elisa Esposito (Sally Hawkins) se cruza en su trabajo de limpieza en un edificio de investigación científico con lo que el personaje de Michael Shannon, Strickland, llama un 'activo'.

ituada en los años sesenta y con la guerra fría en pleno auge, el film combina el intenso romance que se desarrolla entre Elisa y el 'activo', que se revela como un anfibio humanoide de capacidades extraordinarias, con una trama de espionaje y violencia entre Strickland -a cargo de la seguridad del edificio- científicos, espías rusos, y la propia Elisa.

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Finalmente, la película se muestra como una suerte de manifiesto en favor de la necesidad de empatía para todo aquel que representa un Otro, pero está lejos de ser declamatoria o de tener una agenda forzada por la corrección política: La forma del agua sale airosa de un tono extravagante que la acerca a películas como Amélie de Jean Pierre Jeunet, gracias a la capacidad de Del Toro de incluir momentos grotescos y extraños que no le hacen asco a nada. Hay espacio para la devoción cinéfila pero también muestra lo que muchos cuentos de hadas deliberadamente ocultan, tanto la crueldad de los verdaderos monstruos -siempre otros hombres- como las fantasías sentimentales y también sexuales de los protagonistas.


La referencia más clara en la cinta es la película de 1954, La criatura de la laguna negra, que impactó a Guillermo del Toro a la temprana edad de seis años, y lo llevó a tener el profundo deseo de ver concretado el amor imposible entre la criatura marina y la mujer.

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