"THE REVENANT". UNA EXPERIENCIA EXTREMA

Cine 24 de noviembre de 2020 Por Ma. Emilia López
La exposición de un grupo de actores (algunos de ellos celebridades mundiales) y un extenso equipo artístico y técnico a condiciones climáticas extremas que pusieron el riesgo la salud física y mental de todos durante el rodaje de The Revenant: El Renacido.
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Además de los obstáculos que debieron enfrentarse los protagonistas durante el rodaje de la película "El Renacido"  ,se sumaron una serie de desbordes presupuestarios y varios cambios aplicados a la fuerza y sobre la marcha por esa suma de contingencias, algunas inesperadas. Planteadas así las cosas, entre 15 y 20 integrantes de la producción optaron por abandonar sobre la marcha el proyecto o fueron despedidos, hartos de soportar tantas adversidades. El rodaje resultó, de este modo, todavía mucho más accidentado.

Curiosidad

La película había cubierto con creces todos sus propósitos, buscados o no. Un mes antes de la confesión del mexicano, The Revenant: El Renacido se había llevado tres Oscar después de sumar 12 nominaciones, incluyendo una como mejor película. Iñárritu obtuvo su segundo Oscar consecutivo como director (al año siguiente de haberlo ganado por Birdman) y se convirtió así en el tercer cineasta de la historia en alcanzar ese lauro detrás de John Ford y Joseph L. Mankiewicz.

Los otros dos premios tuvieron mucho que ver con la situación límite expuesta por el director. Leonardo DiCaprio, después de una larguísima e inexplicable espera, finalmente recibió la consagración de la Academia de Hollywood como mejor actor protagónico gracias a un papel tomado de la vida real, el de Hugh Glass, un avezado explorador y aventurero dedicado allá por 1823 a cazar animales y comercializar sus pieles en los indómitos y salvajes territorios del norte de Estados Unidos. DiCaprio contaría después que buena parte del rodaje lo colocó en situaciones que perfectamente pudo haber vivido en su tiempo el personaje que le tocó interpretar. Casos y cosas de un tiempo salvaje e indómito, pero que ocurrieron en pleno siglo XXI.

El Oscar restante, tal vez el más merecido de todos, se lo llevó Emanuel "Chivo" Lubezki,el extraordinario director de fotografía mexicano que logró portentosos resultados cumpliendo al pie de la letra el deseo del realizador de hacer todo lo posible para que la película tuviese imágenes registradas con luz natural, reduciendo al máximo el uso de efectos visuales. Esta idea fija de Iñárritu le abrió la puerta a las mayores complicaciones que enfrentó la película. 

De Canadá a la Argentina

DiCaprio, Iñárritu, Lubezki y parte del equipo técnico y artístico llegaron a fines de julio de 2015 a Ushuaia y lograron en Tierra del Fuego durante una semana completar el rodaje siguiendo la cronología del propio relato.

DiCaprio fue parte central de esa experiencia de rodaje que estuvo al borde de lo imposible. "Participé de muchos proyectos muy ambiciosos como Titanic, pero la experiencia de The Revenant superó todo. Fue como estar en una aventura loca. En varios sentidos, creo que Alejandro estaba buscando algo parecido a lo que pasó con Fitzcarraldo. Quería entrar en el corazón de las tinieblas y creo que logró sumergirse en una experiencia que para él resultó completamente transformadora", reconoció el actor.

"Todos estaban congelados. Los equipos empezaban a resquebrajarse. Llevar la cámara de un lugar al otro empezaba a convertirse en una pesadilla", admitió el director.

Otra obsesión de Iñárritu pasaba por la búsqueda de realismo. Se cuenta que en su vida de pionero en el siglo XIX, Glass devoró en una ocasión el hígado crudo de un bisonte. Y el director estaba decidido a reproducir ese momento en su película. El equipo había adaptado una gelatina para que DiCaprio (vegetariano asumido desde 1992) no tuviese problemas en simular el episodio, pero Iñárritu estaba decidido a que se comiera un hígado real. Y el actor aceptó el reto.

Además Leo Dicaprio ha tenido que enfrentarse a muchas condiciones como soportar tres a cinco horas de maquillaje para simular un deterioro físico, y sumado a ello exponerse a condiciones extremadamente frías e inundaciones reales. 

Nadie lo reconoció con esas palabras, pero el final de rodaje de The Revenant: El Renacido fue el resultado de una decisión muy responsable.

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