DURO FINAL DE CHATO PADILLA, EL CARTERO DEL CHAVO DEL 8
Recordamos que Padilla Nació el 17 de junio de 1918 en Monterrey, México, quien encontró en la actuación su manera de jugar en la infancia, su manera de vivir de grande, su manera de morir después. Le entregó su alma a la profesión con la que se encontró por mandato familiar, pero que disfrutó hasta el último día.
Fue su padre, el reconocido empresario teatral Don Juan Padilla, quien le hizo conocer ese mundo: Chato dio sus primeros pasos -literalmente- en una de las escuelas de su progenitor. A los cuatro años empezó a recibir clases de actuación. No fue una decisión: fue una imposición.
En su final, quiso la historia , que Chespirito se vinculara de manera directa con Chato Y lo recordaría en su libro autobiográfico, Sin querer, queriendo, como si en verdad fuera El Chavo quien hablara.
“Después de grabar lo estuve esperando en la escalera para demostrarle que yo también podía brincar desde el quinto escalón de la escalera. Pero no bajaba. Entonces subí para ver si le pasaba algo y lo que pasaba es que ya estaba muerto. Tenía los ojitos cerrados, como si nomás estuviera durmiendo. Hasta parecía que estaba soñando algo bonito, tenía cara de estar contento. Pero no puede ser, porque ni modo que le diera gusto morirse. O quién sabe, porque Jaimito siempre decía que quería evitar la fatiga… o sea que ya evitó la fatiga para siempre” relata el ejemplar.